¿Quizá sea hoy?

El Renglón Torcido

Quizá sea hoy el momento de terminar.

De poner un punto y final a todas las historias que a lo largo de éstos años he estado contando.

O simplemente, quizá no. Sinceramente, no lo se.

Llevo unos días pensando, dándole vueltas y volviendo a pensar. Y lo peor de todo es que no encuentro una respuesta.

¿Qué voy a contar de nuevo que no haya contado ya a lo largo de éstos años escribiendo?

Tengo la sensación de que ya nada nuevo podría compartir con mi mundo. Que las historias que hoy me tocan vivir han sido ya vividas con anterioridad y volvería a reescribir lo escrito. Sí, por supuesto, vuelvo a ser feliz. Por supuesto vuelvo a caminar por el camino de baldosas amarillas hacia la ciudad de esmeraldas. Y gracias a Dios, o a quien tenga que dar las gracias el Sr. Pintor pinta mis decorados haciendo que sea feliz.

Pasadas las tormentas, las entradas desesperadas, las grandes noches sin dormir y los días sin sentido, todo vuelve a funcionar en perfecto estado. Y es ahí cuando tendo la sensación de decir… ¿ésto no lo he contado ya?

Y dándole vueltas a la cabeza, no se si habrá llegado el momento de poner el punto final. Que El Renglón Torcido concluya, sin mas. Con su inicio, y su final. Hoy lo pienso porque dentro de dos días hará justo cuatro años que comencé mi aventura. Pero aún no he tomado una decisión, porque sinceramente es difícil dejar de escribir cuando llevo tanto tiempo haciéndolo. Porque cuando me siento delante del ordenador y dejo que fluyan las ideas es como mi válvula de escape de una olla a presión.

Me pierdo entre mis pensamientos. Los busco, indago y encuentro. Tiro de los hilos hasta que comprendo la raiz de mis preocupaciones internas, las exploro y las comparto. Para mi, para mis ojos, y para los que se pierdan entre mis líneas.

Y es en éste punto donde me vuelvo loco y entonces no se que hacer. Porque entro de nuevo en mi blog, en mis estadísticas, en mis comentarios que dejáis los que os asomáis a hacerme una visita, y me encuentro que, después de llevar un tiempo razonable sin asomarme a vosotros, sin compartir nada nuevo, El Renglón Torcido ha seguido teniendo vida más alla de mi.

Las visitas no han parado a pesar de mi escasez de pensamientos. Ha seguido caminando sólo, sin apenas yo hacer nada.

No hay nada decidido. Ultimamente no escribo frases del día, ni chorradas varias. Puede que sea por el simple hecho de que ya no me conformo con escribir sin mas. Ahora quiero contar cosas que me parezcan realmente dignas de contar. Y por eso tanto tiempo en silencio. Puede que haya llegado el momento además de llegar a contar algo mas, pero de otra manera. No lo se.

Sinceramente no lo se.

Pero cualquier cosa, pase lo que pase, lo contaré.

7 comentarios sobre “¿Quizá sea hoy?

  1. no puedes dejarlo ahora que nos as acostumbrado a leerte a llorar, a reir, a solidarizarnos contigo o a estar en desacuerdo,pero siempre contigo,sigue seguro que algo siempre tienes para seguir adelante,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

  2. Hombre, tampoco hay que decidir una cosa o la otra. Ahí estará el blog, preparado para cuando quieras contar algo, y con la libertad de hacerlo cuando y como quieras, sin calendarios. Puedes dejarlo dormidito..

  3. siempre tendras cosas que contar asi que esto no es un final , lo se . te conozco muy bien y seguro que nos seguiras sorprendiendo a todos , besos y gracias por estar cerca

  4. Hay madre mía, tenemos que empezar a pensar que:” así es la vida”.
    Te aseguro que todos, todos los días nos vamos a levantar con miles de preguntas en nuestra cabeza (salud, dinero, amor, crisis, Urdangarin,…) y casi siempre hay momentos que pensamos que esta parte y en este momento “ya han acabado o tienen que acabar” y que tiene que haber otros momentos u otras cosas, o proyectos que digamos “ahora voy a empezar”. Cuando tú lo piensas, o por lo menos te lo planteas, tienes que tener muy claro que tú eres el dueño y señor de esta parte y de todas las partes de tu vida. Este lado que tu compartes con nosotros, ten claro que puedes abrirlo y cerrarlo cuando quieras porque aunque nosotros la compartamos te pertenece a ti. Así de simple es la vida y a la vez difícil y piensa que todos los finales son diferentes y que algunos pueden ser un hasta luego…pero lo que si tenemos que intentar es que sean lo menos dolorosos posible.
    Seguro que hoy te volverás a preguntar si vas a seguir con esto; mañana, si vas a estar aquí o allí; ayer quizás pensaste que tu renglón ya estaba menos torcido y para que voy a seguir… pues si tu quieres y nosotros también, para compartir y para compartir lo que tú quieras, como lo has hecho hasta ahora, sí que es verdad que sobre todo lo has compartido en tus malos momentos, a mi gusto demasiado, era leerte y pensar que te estabas fustigando, pero quiero creer que todos hemos aprendido y ten bien claro que en este momento que tienes tu renglón bien “tieso” o por lo menos “menos torcido”, tienes que pensar que las cosas igual que vienen se van y que esto puede durar “lo que dura, dura”,…, y tu pintor quizás algún día deje de pintarte tus decorados y que tu camino de baldosas maravillosas hacia la ciudad esmeralda algún día desaparezca de repente, pero tienes que tener muy claro que todos esos decorados son vuestros y que todo el maravilloso camino que habéis recorrido, lo habéis hecho juntos y disfrutado juntos, que en todos los caminos hay muchas piedras y a veces peñones, que tenemos que aprender a sortearlos, a quitarlos de en medio y otras veces a vivir con ellos.
    Bueno que sepas que lo que hagas, bien hecho estará, ya que lo has hecho tú y para ti. Y si quieres leer algo del porque escribir aquí tienes esto, “mi querido torcido”…

    Escribo para el agua
    que corre hambrienta por la tierra,
    por los dioses que habitan en mis cerros,
    aquellos que se empinan en mi sangre,
    partiéndome los días con su espera.

    Escribo,
    por aquello que veo y me duele de la vida,
    por el dolor que camina cabizbajo por mi lado.
    Escribo por aquellos,
    que están secos de esperanza.
    Con el llanto derretido en las pupilas.
    Con el miedo lacerándoles el alma.

    Escribo para ti, si, para ti
    que juegas con mi piel sin saberla de tus labios,
    jamás canela de tus aguas, nunca miel de tus panales.
    Y aún así, escribo para ti.

    Escribo en el destiempo de un espacio,
    Con un violín emancipándose en mi mano,
    por la ira que se frunce en mi lamento.
    Escribo en las sombras de la muerte
    En la vida que brota de tu vientre.
    Por la risa que me entrega un mar ajeno.

    Escribo al hombre,
    Para ti que lates en mis poros
    a través de siglos de vivencias,
    por ti y para ti, hombre, masculino, ¡gigante!
    que lates hierofante
    en mi vientre de mancebo,
    en la de fiera herida,
    en la de vid inagotable, en el sumiso.

    Escribo para ti, mi Dios, que aún sin forma
    me mueves por completo.
    Por los libros que se apilan en mi estante.
    Por los cuadros que tú me pintaste
    y a veces se pierden en las paredes
    a través de un tiempo inexistente.

    Escribo para no morir en la palabra,
    escribo porque de otra forma
    moriría…, de tristeza.

  5. Siempre es bueno mantener el blog como vía de escape… no me dejes colgado que te he descubierto tarde 😉 Pero bueno, yo el mío también lo tengo un poco abandonado, aunque se que siempre estará ahí…

  6. Para mí expresar lo que uno siente no es repetitivo, como alguna vez te he dicho a mí no me aburres, ni me aburrirás, y me siento muchas veces reflejada en lo que escribes, no lo dejes Javi, te echaremos de menos.

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