Gotitas

 

O un teléfono rojo, o inicios de resfriado común o gripe A, o el frío que recorre el cuerpo partiendo de unos pies completamente helados, o un temporal polar que ha dejado nieve, nieve y mas nieve en mi pequeño escenario. Una de éstas cosas tendrá la culpa, seguro, de que el vaso cada vez ande mas y mas lleno. Seguramente no sea sólo una de esas cosas las que hagan que haya previsión de desbordamiento para los próximos días, sino que una combinación de todas y cada una de ellas sean la causa legítima.

Suelen ser así las semanas rojas del calendario, con poca paciencia, mucha irascibilidad y pocas sonrisas amistosas. Parece ser que es algo que no cambia de año a año, así que si no cambia, será mejor acostumbrarse a ello.

Lo que si está claro es que la conjunción de muchos factores hace que gotita a gotita, el vasito se va llenando y llenado y llenando… Sólo aguardo con ansia la llegada del viernes, que me liberará de una de las cargas y la mas gorda probablemente y me ayudará a ver las cosas desde otro punto de vista. De nuevo el no ser rojo me enseñará donde está el grifo que hace que el vaso no se llene hasta el tope y desencadene la tormenta.

No hay lugar al diálogo, mejores son los silencios tensos que las conversaciones desencadenantes. No hay palabras que lleven a una calma probablente pasajera. La ausencia de individuos hace que la espera sea aún mas dura y menos llevadera…

Conclusión: necesito el viernes.

 

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